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Acompañamiento al duelo

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Estar en duelo por la pérdida de un ser querido o de la propia vida es una situación de mucha vulnerabilidad por lo que apoyarnos en alguien desconocido nos puede generar incertidumbre. Entendiendo este hecho comparto mis experiencias y aprendizajes tanto a nivel personal como académico.

Mi primer acompañamiento se dio en 2011. Gracias a aquella experiencia descubrí que alguien ajeno a la familia, estando en sintonía pero sin sentir un dolor tan grande, puede ser de gran ayuda al final de la vida. Me ocupé de aspectos prácticos, de dar lo que se me pedía en base a mis capacidades y de acompañar con presencia por afecto, humanidad y compasión.  Fue un gran regalo y un honor. 

Años después llegaron otros acompañamientos, pérdidas más centrales en mi vida. Conocí en primera persona la enfermedad, la muerte y el duelo por un ser querido que es pilar de la propia vida. Acompañé a morir a mi padre en 2018 y a mi marido en 2019. En ambos procesos hubiera necesitado una Doula, a alguien a mi lado que, con los conocimientos y habilidades necesarias, me hubiera apoyado en las situaciones difíciles.

A los 20 años me formé en Anatomía Patológica adquiriendo conocimientos sobre la enfermedad y la muerte, pero la vida me llevó lejos de estos temas.

En 2011 retomé mis estudios, formándome en Tanatopraxia  en la Facultad de Medicina de Salamanca y me asocié a la DMD, asociación que defiende el derecho a la muerte digna. Aunque me formé como facilitadora en terapia  transpersonal, mi mayor aprendizaje terapéutico proviene de mi experiencia como paciente en psicoterapia integrativa relacional que comenzó en 2008 y que suma ya nueve años . La pérdida me llevó a necesitar entender en profundidad el proceso de duelo y para ello me formé en el Instituto IPIR de la mano de Alba Payàs. Además he recibido otras formaciones sobre duelo y cuidados al final de la vida  impartidas por la UNED  o la Fundación Elisabeth Kübler-Ross,  entre otras entidades reconocidas.

Desde 2022  acompaño a pacientes de UCP  (Unidad de Cuidados Paliativos) para lo que me formé con Paliativos sin fronteras.  El acompañamiento compasivo al final de la vida y la escucha desde la presencia requieren también de entrenamiento. En este campo me he formado en meditación con la Fundación Vipassana y en compasión siguiendo el programa CCT de la Universidad de Stanford impartido en España por Izaskun Andonegui.

Aunque haber vivido experiencias de pérdida puede impulsarnos a querer aliviar o acompañar el sufrimiento de otros, es imprescindible una formación adecuada. No todas las personas afrontamos de la misma manera el dolor ni contamos con las mismas herramientas para hacerlo.  Es importante abordar las propias pérdidas antes de acompañar a los otros en las suyas.

A través de Las LuZiérnagas pongo estos conocimientos y experiencias al servicio de los demás, lo que da sentido a mis pérdidas y a mi propia vida, por ello la relación con las personas que acompaño es de encuentro y agradecimiento mutuo. 

Si consideras que en este momento precisas de acompañamiento en tu proceso vital, te animo a contactar.

" Dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Desperté y vi que la vida no era más que servir. Serví y vi que servir era la alegría. " Rabindranath Tagore